martes, 30 de junio de 2009

Impotencia


-¿Cómo has podido?-repetía una y otra vez. Su cabeza iba a estallar. Se miraba al espejo y una chica de pelo moreno y ojos verdes le devolvía la mirada. Aquel día había limpiado su cuarto de baño y comenzaba a arrepentirse de ello.
-Si lo hubieras hecho después… pero no ahora, no…- intentaba concentrarse en otra cosa, pero su mente se rebelaba ante aquella enorme injusticia. Con el ceño fruncido, colocó la pasta de dientes en el cepillo y empezó a lavarse los dientes mientras seguía pensando en lo que había acontecido aquella tarde. Se sentía aturdida y confundida. “Debía haberme dado cuenta antes, pero ¿cómo? Él parecía estar conforme con todo”- no lograba resolver el problema. Se cepillaba los dientes como si estuviera empuñando un arma frente a sus enemigos. “No lo entiendo, no teníamos ningún problema. Era todo tan bello, tan romántico…”
De pronto, una sacudida dominó su cuerpo y arrojó con fuerza el cepillo ensangrentado, provocando un gran estrépito. Sus miembros temblaban nerviosamente y su rostro permanecía oculto bajo su abultado flequillo. Permaneció inmóvil durante unos instantes. Unas lágrimas recorrieron lentamente sus mejillas, mientras estas se enrojecían poco a poco. No hubo sollozo alguno. Al rato, decidió recoger el cepillo, lo lavó y lo guardó de nuevo en su estuche. Se acostó y leyó un poco antes de apagar la luz.
En la oscuridad de la noche se podían vislumbrar unos ojos furiosos; unos ojos cargados de impotencia y sufrimiento.
“Me has vuelto a dejar…por última vez”.

lunes, 15 de junio de 2009

Vieja ermita de Nonaspe



Como hace poco tiempo que he comenzado, querría empezar -como empecé con un space el año pasado- con un poema de una persona que no llegué a conocer como me hubiera gustado hacerlo: mi abuelo. Y de paso, como seguro que estará escuchándome desde ahí arriba, darle gracias por ser uno de mis pocos acompañantes en esos momentos de soledad que todos tenemos. Conforme va pasando el tiempo voy descubriendo cosas de su carácter sereno y benévolo, cosas que hizo por los demás, y me doy cuenta de lo lejos que aun estoy de parecerme a él. Que en paz descanse.
Va dedicado a la virgen del pueblo de mi abuelo, la Virgen de Dos Aguas, que, desgraciadamente, observó como los habitantes de Nonaspe se fusilaban los unos a los otros durante la guerra civil española. El domingo 7 de septiembre de 2008 el retablo de esta virgen, casi destruido, fue sustituido por una copia restaurada.

VIEJA ERMITA DE NONASPE

Aquella ermita vieja de mi villa,
en la convergencia de dos riberas,
ramaje sonoro de las piñeras
con cintas plateadas en cada orilla.

Y el poder de la Virgen sin mancilla
que cura callada, de mil maneras,
a gentes que suplican primaveras
de amores, paz, salud, qué maravilla.

He pasado mis manos suavemente
por sus mantos azules, blancos, rojos,
cautivo de su sonrisa indulgente.

Virgen de Dos Aguas, que esos tus ojos
misericordiosos, eternamente
cuiden ahora y siempre de nosotros.




Luis Meseguer Albiac